domingo, 26 de enero de 2014

La muerte en Don Juan Tenorio



  En esta reseña hablaremos del tema de la muerte en la obra Don Juan Tenorio de José Zorrilla. Este tema está muy presente en toda  la obra ya que a través de ella se nos presentara la personalidad verdadera de los personajes.
  Nos centraremos primero en la muerte de Doña Inés. Esta muerte se produce en la primera parte de la obra. La mujer muere porque cree que su amado (Don Juan Tenorio) no vendrá a por ella después de estar mucho tiempo esperándole. Aquí se nos refleja una idea propia del romanticismo, en la cual la única solución que  se encuentra a todas las penas es la muerte. Es una vía de descanso al tormento que sufre en vida.
  En la segunda parte de la obra, Don Juan tenorio volverá cinco años después de huir por culpa de dar muerte al Comendador y a Luis Mejía. Cuando aparece en escena se nos presenta un cementerio, concretamente el panteón de los Tenorio. Este tipo de escenario, o los lugares oscuros cobran bastante importancia en  el XIX, porque querían acabar con lo que suponía la época anterior (Clasicismo) que representaría lo “claro”. En este panteón  se encuentran enterrados el Comendador, Don Luis Mejía y sorprendentemente  Doña Inés.  Esto destroza a Don Juan Tenorio, no se esperaba para nada que su amada yaciese allí. Con tristeza y respeto le habla a la estatua que representa a Doña Inés. Es un monologo en el cual se muestra a un Tenorio muy sensible, sollozando por una mujer, lamentándose de no haber estado con ella cuando más lo necesitaba.
  De repente la sombra de Doña Inés habla a nuestro protagonista avisándole de que ella está ahí esperando que el protagonista, cambie su actitud para poder reunirse con ella, si no vivirán los dos en desventura,  algo que se podría identificar con el infierno. Pues bien este es el primer contacto de Tenorio con un fantasma, el queda alucinado de lo que acaba de presenciar y por supuesto su mente racional le hace pensar que todo ha sido producto de su imaginación, sin centrarse en las palabras que le han dicho la difunta doña Inés.
  Parece ser que nuestro protagonista está muy seguro de que es todo un sueño, y no muestra ningún tipo de miedo hacia los fenómenos que empieza a ver en el cementerio:

¡Alzaos, fantasmas vanos, 
y os volveré con mis manos
a vuestros lechos de piedra!
No; no me causan pavor
vuestros semblantes esquivos;
jamás ni muertos ni vivos,
humillaréis mi valor.

  El concepto de realidad- ficción  da lugar a una confusión mental en el protagonista. Su mente piensa que no puede ser verdad que unos fantasmas sean capaces de hablar con una persona humana. Tal es su desesperación por saber si está loco, que invita a sus amigos Centellas y Avellaneda a una cena. Antes de realizar la cena se decide a ir hasta el sepulcro del Comendador y provocarle e invitarle a la velada que tiene planeada. Lo que no se esperaba es que la estatua de El Comendador iba a aparecer en aquella cena recordándole que Dios le daba un día para arreglar su conciencia. 
  Ahora nos centraremos en la muerte del protagonista Don Juan tenorio. En principio el protagonista se presenta otra vez en el panteón y habla con la estatua de El comendador advirtiéndole que viene como habían quedado. Aquí El comendador le dice que tiene un reloj en el cual se encuentra el tiempo de vida que le queda para poder tener un mejor fin.
  El Comendador empieza a increparle diciéndole que no conseguirá poder limpiar su conciencia porque ha cometido muchos males. Pero cuando estaba a punto de ser llevado al infierno Tenorio pide clemencia a Dios:
Suéltala, que si es verdad
que un punto de contrición
da a un alma  la salvación
de toda una eternidad,
yo, santo Dios, creo en ti;
si es mi maldad inaudita,
tu piedad es  infinita...
¡Señor ten en piedad de mí!

  Pero cuando el protagonista siente como El Comendador le desafía para llevárselo al infierno si no se arrepiente de sus actos malignos, se da cuenta de que existe vida después de la muerte, de que hay un más allá que le puede llevar a una vida eterna y feliz.
  Como hemos podido observar anteriormente en la obra,  el protagonista muestra un ateísmo completo por la religión en general. Quizás por eso es normal que no sienta ningún desprecio al espacio del cementerio. Y se tome a broma las apariciones de los fantasmas.

  Con esto, podemos observar un cambio que se produce con la llegada de la época del romanticismo, ya que El “don juan” del siglo anterior pagaba por sus pecados en el infierno. En esta ocasión el movimiento del romanticismo, atraído por personajes rebeldes que no se dejaban llevar por lo que los demás dijesen, y llenos de libertad quisieron que este personaje pudiera reflexionar sobre su vida y escoger si salvarse o no.  En este caso el personaje reflexiona y su amada Doña Inés lo recoge para que juntos puedan vivir su amor en el cielo.

3 comentarios:

  1. Creo entender que es el capitán Centellas quién en duelo mata a Don Juan y que a partir de ahí, todo lo que sucede es ya estando muerto.

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