domingo, 26 de enero de 2014

Don Juan Tenorio, drama religioso


Como bien se expresa en el título de la obra, Don Juan Tenorio es un drama religioso-fantástico, a continuación hablaremos brevemente de la escena V del acto primero de la parte segunda, donde en un escenario lúgubre y romántico se dan lugar estas referencias religiosas claras.

            Cinco años después de haber huido de Sevilla tras acabar con la vida de Don Luis Mejía y Don Gonzalo de Ulloa, Don Juan Tenorio regresa a casa de su padre. Éste ha fallecido en su ausencia, y para su sorpresa, su casa es ahora un cementerio que alberga las tumbas de Doña Inés, muerta de soledad y amor tras su abandono, y los dos muertos por la espada de Don Juan. La tumba de Doña Inés es una sorpresa ya que no sabía que se encontraba muerta, de repente se le aparece la sombra de Inés.


SOMBRA.            Yo soy doña Inés, don Juan,
que te oyó en su sepultura.
JUAN.                   ¿Conque vives?
SOMBRA.            Para ti;
Mas tengo mi purgatorio
en ese mármol mortuorio
que labraron para mí.
Yo a Dios mi alma ofrecí
en precio de tu alma impura,
y Dios, al ver la ternura
con que te amaba mi afán,
me dijo «Espera a don Juan
en tu misma sepultura.
Y pues quieres ser tan fiel
a un amor de Satanás,
con don Juan te salvarás,
o te perderás con él.
Por él vela: mas si cruel
te desprecia tu ternura,
y en su torpeza y locura
sigue con bárbaro afán,
llévese tu alma don Juan
de tu misma sepultura.»


Inés al verse sola y abandonada muere, al llegar ante Dios sigue enamorada de Don Juan a pesar de todo lo que le había ocasionado, le cede su alma en compensación al alma pecadora de nuestro protagonista y Dios le otorga la oportunidad de esperarlo en su sepultura. Si Don Juan se redime de todos los pecados y gana el amor hacia Doña Inés, ellos tendrán el perdón y la ascensión a los cielos; si por el contrario sigue pecando y no se arrepiente, tanto él como Doña Inés sucumbirán en las sombras.

Esta prueba de amor solo es capaz de realizarla un alma cándida y limpia como la de Inés, y la forma de Dios para ponerla a prueba es ese purgatorio en el que vive hasta que regresa Don Juan. Dios, la religión, y el purgatorio como lugar de detrimento de los pecados por los que paga Inés en su nombre y en el de su amado, nos muestran que hay una religiosidad real y una creencia autentica, prácticamente fantástica de la obra de Dios en el libro.

Es perdonado  Don Juan gracias al amor que Inés le procesa y por el que espera cinco años a que regrese para morir y vivir eternamente juntos. El cristianismo que ofrece la opción  de la redención a todo pecador momentos antes de la muerte es el que vemos reflejado aquí. Aunque pareciera que unas acciones como la de nuestro protagonista jamás hubieran podido ser perdonadas por la justicia divina, una fuerza igualmente grande como la del amor que le procesa su amada, intercede por él hasta conseguir el arrepentimiento de Don Juan y el consiguiente descanso eterno junto a Doña Inés.


Ana García Romero

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