viernes, 10 de enero de 2014

Extraña muerte de Montemar

  

  A lo largo de toda obra de El estudiante de Salamanca  se puede observar  un tono  bastante sombrío y oscuro. Esta manera de concebir la obra nos viene, por la forma que tiene el autor de describirnos ciertos temas o situaciones. Esto es una característica que se repite en el movimiento romántico ya que es muy usual que el autor nos refleje este tipo de tenebrosidad a lo largo de lo que va contando.

  En principio  nos vamos a centrar en uno de los elementos más recurrido por los románticos: la muerte, ya que en El estudiante de Salamanca tiene un papel muy importante. Toda la acción comienza, podríamos decir, con la muerte de Doña Elvira. Pues bien, este personaje muere por la pena que le produce que el protagonista, Don Félix de Montemar, la engañe en cuanto a sus sentimientos se refiere, abandonándola y dejándola sin ganas de vivir. Como vemos es el detonante para que la obra vaya teniendo un sentido más trágico.

  A partir de aquí todo se centra en este protagonista (Montemar) y en por supuesto su altivez y tiranía con todo lo que le rodea. Llevará una vida centrándose solo en él, sin tener ningún ápice de delicadeza con cualquier persona del mundo y sobretodo blasfemara con todo aquello que tenga que ver con lo espiritual. Aquí podemos ver como Montemar hace bromas a Don Diego sobre la muerte de Doña Elvira en una de las escenas:

 D. DIEGO   (Desembozándose con ira.)
                        Don Félix, ¿no conocéis
                       a don Diego de Pastrana?
 D. FÉLIX   A vos no, más sí a una hermana
                      que imagino que tenéis.
 D. DIEGO  ¿Y no sabéis que murió?
 D. FÉLIX    Téngala Dios en su gloria.
 D. DIEGO   Pienso que sabéis su historia,
                       y quién fue quien la mató.
 D. FÉLIX     (Con sarcasmo.)
                       ¡Quizá alguna calentura!
 D. DIEGO ¡Mentís vos!

  El final de la obra es lo más extraño pero a la vez lo más cautivador, ya que nuestro protagonista Don Félix de Montemar, llevado por su curiosidad y sin ser precavido, morirá “castigado”, por un ser superior, el cual le da su merecido por el daño que este hombre ha causado en vida. El camino hacia su muerte es largo, ya que se le aparece ante él una persona vestida de blanco la cual capta la atención de Don Félix. Ella recorrerá andando lugares muy tenebrosos y oscuros los cuales no asustan para nada a Montemar, ya que este personaje se deja guiar por sí mismo sin importarle nada más, Este ser , le va poniendo a lo largo del camino  una serie de impedimentos para que no le siguiese. Impedimentos que cualquier otra persona más humilde en cuanto a sus creencias se refiere, hubiera aceptado, se hubiera alejado de tal ser misterioso y por consiguiente se hubiera librado de una muerte segura.

-Hay riesgo en seguirme. -Mirad ¡qué reparo!
-Quizá luego os pese. -Puede que por vos.
-Ofendéis al cielo. -Del diablo me amparo.
-Idos, caballero, ¡no tentéis a Dios!

-Cada paso que avanzáis
lo adelantáis a la muerte,
don Félix. ¿Y no tembláis,
y el corazón no os advierte
que a la muerte camináis?

  En cuanto a la muerte del protagonista podemos decir que se produce de una manera muy rara. Cuando llegan al final del camino, Montemar es unido en matrimonio con la mujer de blanco que resulto ser Doña Elvira. Como se ha visto anteriormente esta mujer le dice que según avanza con ella está dando un paso más hacia la muerte y Montemar creyendo que es un sueño o algo parecido la sigue sin ningún reparo, prometiéndole que estará con ella sea donde sea. Esta promesa que el protagonista le hace a la mujer de blanco (Doña Elvira) se la recordará luego Don Diego, que se encontraba también en ese mundo sobrenatural, para que supiera por qué se encontraba en aquel lugar y el por qué de su dicha.
  Llama la atención que en un momento de la obra, cuando la mujer de blanco se descubre y lo quiere abrazar, donde parece que Montemar intenta rehuir  la situación que se le presenta, pero ya es demasiado tarde y el cuerpo del protagonista se desvanece quedando sin vida.

  Como conclusión, se observa que la muerte está muy presente en toda la obra, sobre todo al final donde nos deja claro que no hay que llevar una mala vida porque luego esos malos actos se pueden volver contra ti.

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