domingo, 31 de agosto de 2014

LA PEÑA DE LOS ENAMORADOS



[…]Entrégate, la decía después a Zulema, entrégate a tu padre, hija desnaturalizada, y él te perdonara; la sangre de ese perro, no la tuya es la que necesita mi venganza. Negose la amante granadina y renovose con más furia el asalto. Apena quedaban algunas varas de terreno ya cerca de la cumbre y junto al horrible despeñadero á los desgraciados, cuando D. Fadrique, herido por mil partes, la dijo.- Entrégate, amada de mi alma, y sálvate, yo ya no puedo vivir, ¿Qué me importa morir ahora ó dentro de unas horas, morir de flechazos ó de una cuchillada?. – si tú mueres, muramos juntos, morir gozando-. Dijo la mora abrazándose a su amado, y precipitándose con él al abismo […]

La muerte en esta Peña de los enamorados será el tema a desarrollar dentro del movimiento romántico. En este fragmento, una joven de origen moro llamada Zulema se enamorará de un hombre cristiano llama Don Fadrique. Desde el primer momento fue una relación amorosa destinada al fracaso, debido a sus diferentes orígenes. En efecto cuando el padre de Zulema se entera del amor entre la pareja, decide detenerlos.

Los dos amantes enterados de que son perseguidos por el padre de ella, suben por una montaña huyendo de los ataques del ejército. Cuando por fin han llegado a la cima descubren que no tendrán otra salida que entregarse o arrojarse al vacío. Finalmente es Zulema la que decide tirarse por la montaña junto con su amado Fadrique. Morir gozando dice la mora al final del relato, como signo de un final feliz para ellos, pues muriendo juntos no morirá su amor y podrán estar juntos allá donde vayan.


Desde el principio de la historia vemos como este movimiento romántico tiene aire de libertad, de sentimientos frustrados, así como de muerte, y todo ello por el amor. La muerte se verá como salvación, sin dolor, sin angustia.

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