domingo, 31 de agosto de 2014

EL APARECIDO

Este texto me parece una fabulosa muestra, no solo ya del estilo romántico, sino el inicio de un esplendido tema como me parece la fantasía espectral europea.
El relato comienza hablando de un pueblo semiruinoso en el que a medida que avanza la historia conocemos que ha habido un caso de muerte. Además esta no ha sido por causa natural sino que se ha debido a un accidente violento.
Antes que nada me gustaría resaltar como a medida que se cuenta la historia un punto importante es una cena con gran asistencia en la que el anfitrión justo antes de su fatal accidente pronuncia su discurso: “Gocemos hoy de nuestra dicha, apuremos la copa del placer.  Quizá el llanto llegará de un momento a otro”. Estas palabras casi que anuncian lo fatal. Es como un hechizo de invocación a lo malo, a la desgracia que viene.

Una vez que el anfitrión fallece a causa de la coz de su caballo, comienza una serie de sucesos de carácter sobrenatural que conmocionan al pueblo. Desde la lluvia que no cesa hasta que el muerto es enterrado hasta vecinos que son perturbados y atacados por un espectro de malas intenciones.

Este personaje que aparece en el relato es muy parecido a los “revivientes” de los que hablará el monje Agustín Calmet dentro de  su tratado sobre criaturas sobrenaturales. Estos también son conocidos en la tradición rumana como “strigoi”. Son seres de ultratumba, espíritus atormentados que vuelven a la vida y realizan fechorías hasta causar muertes de ancianos y seres queridos.

Esta es una fabulosa historia de la tradición que muestra este género tan romántico en el que la muerte y la vida se encuentran entrelazados con un toque religioso. El final del relato es sensacional ya que el cadáver es muy difícil de eliminar y solo el fuego redentor es capaz de hacer desaparecer el mal.


Juan Jesús González Moreno

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