domingo, 24 de noviembre de 2013

Comparación de El aparecido y La dama palida

Texto 1: “Desde el sitio donde estábamos, ya podíamos seguir con la vista el curso del Bistriza, de riberas esmaltadas de bermejeantes viñedos y de altas campánulas de flores blancas. Bordeábamos un abismo en cuyo fondo corría el río, que en aquel lugar tenía apenas forma de torrente, y nuestras cabalgaduras tenían escaso espacio para caminar dos de frente. Nos precedía un guía, quien, inclinado de flanco sobre la grupa de su caballo, cantaba una canción morlaca, cuyas palabras seguía con singular atención. El cantor era también al mismo tiempo el poeta. Necesitaría ser uno de aquellos montañeses para poder expresarnos la melancolía de su canción con su salvaje tristeza, con toda su profunda sencillez. Las palabras de la canción eran poco más o menos las siguientes:"¡Vean allí ese cadáver en la palude de Stavila, donde corriera tanta sangre de guerreros! No es un hijo de Iliria, no; es un feroz bandido, que después de haber engañado a la gentil María, robó, exterminó, incendió."Rauda como el relámpago una bala ha venido a atravesar el corazón del bandido; un yatagán le ha tronchado el cuello. Pero, oh misterio, después de tres días, su sangre, tibia aún, riega la tierra bajo el pino tétrico y solitario y ennegrece el pálido Ovigan."Sus ojos turquíes brillan siempre; huyamos, huyamos: guay de quien pase por la palude cerca de él: ¡es un vampiro! El feroz lobo se aleja del impuro cadáver, y el fúnebre buitre huye al monte de calvo frontis."De pronto se oyó la detonación de un arma de fuego y el silbar de una bala. La canción quedó interrumpida, y el guía, herido de muerte, se precipitó al abismo, mientras su caballo se detenía temblando y tendiendo la inteligente testa hacia el fondo del precipicio, donde desapareciera su dueño. ”


Texto 2: “[…] Donde veis este pueblo tan miserable y decaído, fue en su tiempo una gran villa, cuyo señor, de ejemplar conducta al parecer, gozaba de gran prestigio entre sus moradores. Sucedió que, con motivo de una fiesta religiosa, dio un espléndido banquete al que asistieron muchas ricas familias de la comarca, y se cuenta que llegaron a reunirse hasta cien convidados. En medio de la algazara y alegría del festín, al echar un brindis, pronunció estas palabras con tonante voz: “Gocemos hoy de nuestra dicha, apuremos la copa del placer. Quizá el llanto llegará de un momento a otro.”
         No bien había acabado de decir esto, entró un criado y le anunció que se prendía fuego a sus mieses y era preciso acudir sin demora. Bajó a la cuadra a tomar un caballo por llegar mas pronto, y al tiempo de ir a montarle recibió una coz en el estomago, que le hizo exclamar: “Muerto soy”.”


           El primero de los textos que hemos utilizado para nuestra comparación pertenece al cuento La dama pálida  de Alejandro Dumas, y el segundo a El aparecido, de autor desconocido. En ambos textos, la muerte ocupa un plano principal en la trama, pues a través de ella los personajes se van a convertir en seres sobrenaturales, lo cual es la temática de ambos cuentos.

En el fragmento extraído de La dama pálida, la muerte que aparece no es la de ninguno de los personajes principales; no obstante, es la que mas semejanzas tiene con  la muerte del protagonista de El aparecido. Si analizamos ese primer texto, primero hay que aclarar que el personaje que va a morir es el guía que está encabezando la expedición de Edvige, protagonista del relato, la cual está huyendo de su castillo que va a ser capturado por los enemigos de su padre. Este guía aparece cantando una canción, que, en cierta manera, anticipa su propia muerte y desvela el misterio que posteriormente se producirá con la muerte de Kostaki, otro de los protagonistas: "¡Vean allí ese cadáver en la palude de Stavila, donde corriera tanta sangre de guerreros![…] ¡es un vampiro!”. En el segundo texto, encontramos algo parecido: el protagonista de la historia, del cual nunca sabremos su nombre, va a morir y anticipa esta muerte pronunciado durante un brindis la siguiente sentencia “Gocemos hoy de nuestra dicha, apuremos la copa del placer. Quizá el llanto llegará de un momento a otro.” Tanto en uno como en otro texto, la desgracia llega a los personajes en cuanto terminan su predicción. Una de las diferencias entre ambas muertes es el tiempo que transcurre en ellas, ya que en el primer caso, el personaje es abatido inmediatamente, sin tiempo casi de terminar la canción, mientras que en la segunda, el personaje muere tras bajar a la cuadra, ser herido, y pasar por una larga agonía.
Otra de las semejanzas que encontramos, es la presencia del caballo en ambas tragedias. En uno, sirve como ejecutor de la propia muerte y en la otra simplemente aparece como parte de la ambientación y también sirve para dar a la escena un mayor dramatismo, pues el personaje no solo muere sino que además cae al abismo, hecho que vemos a través de los ojos del caballo. En cualquier caso, parece significativa la presencia de este animal porque a menudo, en la historia de la literatura, se le ha vinculado con simbología referida la muerte, como por ejemplo los jinetes del apocalipsis, o, teniendo también en cuenta, que es un animal que simbólicamente se ha usado para viajar a otras dimensiones, como el cielo o el infierno. En este caso, se podría interpretar en ambos textos la  caída de los personajes al infierno: en el primer fragmento, se dice que cae al abismo, espacio que se suele usar como sinónimo del infierno y aun mas si tenemos en cuenta que las últimas palabras del malogrado personaje están referidas a un ser sobrenatural como es el vampiro; en el segundo, el caballo da muerte al personaje pero este se convierte en un ser también sobrenatural, ni vivo ni muerto y acaba siendo quemado, lo que recuerda también al infierno. Aparte es muy revelador lo que el personaje dice mientras está muriendo: “!Son muy grandes mis pecados, y Dios no me los perdonará jamás!”.


            En conclusión, estamos ante dos textos que vuelven a ejemplificar la importancia que durante el Romanticismo cobra la muerte, en una época de total desasosiego donde esta es vista no solo como consecuencia negativa de nuestros actos sino también como la única salida que tienen los hombres para escapar del mundo, la ultima expresión de libertad del ser humano.
                                                                                                                       MªTeresa Reyes

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